Esta soy yo, son mis pensamientos, mis ilusiones, mis sueños en definitiva, os presento mi mundo, que espero que os guste y seáis muy felices en mi pequeño rincón de la fantasía y la magia...

lunes, 20 de octubre de 2014

PRISAS



Tenía que salir corriendo o no llegaría a tiempo a la reunión. Había empezado con mucha antelación a arreglarme porque tenía que dominar mi rizada melena para hacerla parecer cuidada y peinada pero me había llevado mucho tiempo, demasiado.
La decisión de pasarme un día de estos por la peluquería y tomar una medida drástica era un hecho después de ver el resultado obtenido, más  o menos como cuando me levanté esa misma mañana, todo un desastre sin control y un caos desmarañado.
Me vestí de manera elegante pero informal, no debía parecer demasiado seria  ni que pareciese que acababa de salir de una fiesta o un coctel.
Un pantalón negro de sastre con un blusón de flores transparente era perfecto poniendo debajo una camiseta claro, sino esas trasparencias iban a ser muy evidentes y provocativas. Unas sandalias de tacón y un bolso colgado eran el complemento perfecto.
El resultado me gustaba, siempre y cuando no me fijase en el pelo, así que decidí no mirarme más total ya no podía hacer nada y el tiempo se me echaba encima. Metí un coletero en el bolso, por si me hartaba de la melena ponerme una coleta y sin más salí de casa.
Bajé en el ascensor al garaje intentando no mirarme en el horrible espejo interior que tiene el don de que si tienes un defecto te lo multiplica por veinticinco, por ejemplo, un granito se hace tan evidente que cuando llegas abajo es lo único que ves en él.
Intenté entretenerme buscando la llave del coche y lo conseguí, conseguí llegar sin mirarme en el espejo pero no fui capaz de encontrar la llave  de mi flamante BMW nuevo y tuve que subir de nuevo a casa.
Busqué en todos los sitios donde podría haberlas puesto y nada. Busqué la llave de repuesto pero no logré recordar donde la había escondido para los casos de emergencia. Me sentía tan idiota y tan enfadada que no era capaz de pensar. El tiempo se me echaba encima y ya quedaba menos de media hora.

Llamé a mi hermano que acababa de sacarse el carnet y usaba mi antiguo utilitario. Lo tenía estacionado muy cerca así que llegaría en menos de cinco minutos. Me esperó para entregarme la llave y sin darle ni una explicación y sin pedirla porque me conoce bien y sabe que es mejor dejarme en paz, me monté en el coche y arranqué sin mirar atrás. Ya se lo recompensaría después.
Llegué hasta el primer semáforo y como no, estaba en rojo. A mi lado había un coche altísimo y acostumbrada a mi nuevo coche bastante más alto que un Renault Laguna, que era en el que iba, todos los coches eran altísimos así que me quedé mirando. Fue entonces cuando me fijé en él, un morenazo, con media melena y traje oscuro, que me miraba fijamente.
Momentos antes había estado hablando yo sola maldiciendo al semáforo y hablándole como si me pudiese escuchar. Supongo que me oyó o vio mis aspavientos cuando cambió a rojo. Era evidente que era así por la sonrisa tan estúpida que tenía dibujada en su cara y por lo visto se lo estaba contando a su acompañante porque primero se veía una cabecita intentando asomarse para verme desde el asiento del conductor, después aparecieron los hombros y el resto de la mitad de su cuerpo se arrastraba por encima del copiloto, debió ser muy divertida la escena, para merecer tanto esfuerzo.
La persona que había al otro lado era una mujer joven. Muy obviamente una mujer joven. No había manera posible  de confundirla con un hombre joven en ningún lenguaje, especialmente en Braille.
Sus enormes tetas aparecieron por la ventana, mientras el morenazo se hundía en el asiento para que ella pudiese verme y se oyeron sonoras carcajadas de los dos ante algún jocoso comentario, que yo no llegué a oír.
El semáforo cambió a verde y entre lo nerviosa que estaba y lo que acababa de ver, mi enfado aumentó a niveles insospechados. Saqué el dedo corazón por la ventana mientras pegaba un acelerón al coche y salía disparada.
Yo, la mujer tranquila, me estaba comportando como una macarra poligonera y me dio un poco vergüenza de mi misma verme con ese gesto en mi mano, pero estaba tan enfadada que en ese momento era lo que me pedía el cuerpo.
Aceleré porque si conseguía que no me pillasen muchos semáforos en rojo aún tenía tiempo de llegar. Me arriesgaría a una multa pero la reunión bien merecía la pena ya que me estaba jugando un ascenso y si mi proyecto era aceptado, de lo cual estaba completamente segura, mi vida cambiaría por completo. Daba igual una o dos multas, incluso todos los puntos que quisieran quitarme.
Logré pasar en ámbar dos de ellos y a mi paso los bocinazos eran cada vez más audibles y constantes, aumenté la velocidad zigzagueando entre los coches, como si se tratase de un rally, si me pillaba la policía se me iba a caer el pelo.
El tercer semáforo era enorme y muy muy rojo, el más rojo que había visto nunca, no podía saltármelo y comencé a frenar. Fue entonces cuando lo vi.
El coche del primer semáforo venía justo detrás de mi y se colocó al lado en la misma posición. Mientras llegaba vi como bajaba la ventanilla y yo hice lo mismo.
El morenazo ya no tenía la estúpida sonrisa sino más bien cara de enfado, sería un sensible y mi gesto le había ofendido.
Lo que vino después es mejor no contarlo al pie de la letra y resumiendo rápidamente yo le veía vocalizar pero no entendía nada, solo frases sin sentido, algo de una placa, de una denuncia, que tenían la matricula y que habían grabado mi carrera a lo largo de toda la avenida. Eso lo entendí bien.
Mi cabreo aumentaba y notaba como la sangre subía hasta mi cabeza, para caer hasta los pies a una velocidad de vértigo. Los minutos corrían y yo perdería mi oportunidad de ascender.
Me bajé del coche y me sorprendió no llevar el cinturón puesto, las prisas no son buenas para nada. El morenazo blandía una libreta mientras seguía gritándome y la acompañante cacareaba sin parar, no le entendía lo que decía solo se oía su incesantes y desagradables graznidos.
Me acerqué y le arranqué la libreta de la mano lanzándola con furia al otro lado de la calle. Le agarré del pelo echándole la cabeza hacia atrás con fuerza. Era un tío guapo y los ojos los tenía muy bonitos. Se los pude ver muy bien porque los abrió desmesuradamente sorprendido por lo que le estaba sucediendo. No me dio tiempo a darle un guantazo porque reaccionó y me sujetó las manos mientras intentaba salir del coche. Salió.
Era altísimo, ni con tacones le llegaría hasta ningún sitio, la batalla estaba perdida de antemano así que, ni siquiera lo intenté. Mis brazos cayeron a lo largo de mi cuerpo en señal de derrota, era una situación tan absurda que casi le ofrezco las muñecas para que me esposase.
La mujer seguía gritando cada vez más alto y más rápido desde dentro del coche. Los dos nos dimos la vuelta y le gritamos a la vez que se callase. Le dije algo más pero no recuerdo el qué.
Se llevó la mano a la chaqueta y sacó una cartera, la abrió y allí estaba, una flamante y brillante  placa de policía. Levanté los brazos y entonces si le ofrecí las muñecas.
La sonrisa divertida volvió a aparecer en su rostro.
La gente se arremolinaba y una mano amiga le devolvió al morenazo policía la libreta que aún no entiendo porqué volvía mojada. Hacía meses que no llovía.
Cogió otra de la guantera del coche y comenzó a solicitar mis datos. Cuando fue consciente de que estábamos obstaculizando el tráfico, el atasco era monumental, apartamos los coches a un lado y mientras la guardia urbana se disponía a desenmarañar aquel caos, tranquilamente y en una terraza rellenaba mi denuncia.
Ya estaba todo perdido, así que me relajé, me até una coleta y contesté a todo lo que me preguntaba. Hubo un momento en que apartó uno de mis desobedientes rizos de mi cara, cosa que me sorprendió y a él también.
Terminamos enseguida ya que solo fue cuestión rellenar el papeleo con los datos personales y antes de que el atasco fuese solucionado. Monté en el coche y mientras me iba vi que me hacía señales con la mano, que majo, me estaría diciendo adiós.
Seguí mi camino hacia la reunión aunque solo fuese para pedir disculpas por no haber podido llegar a tiempo. Era ya muy tarde así que aparqué tranquilamente y me dirigí hacia la sala de reuniones.
Al llegar al piso mi sorpresa fue monumental al ver a todos en la puerta tomando café. La reunión no había comenzado porque la mitad de los consejeros no habían llegado ya que estaban en un atasco en el centro. No estaba todo perdido.
Pasados unos días me llegó la multa. Parecía la lista de la compra de fin de mes de una familia numerosa. 

INFRACCIONES COMETIDAS:

1-    Velocidad excesiva y conducción temeraria por el centro de la ciudad agravado por tratarse de un conductor novel. ( llevaba la placa correctamente puesta en el cristal posterior)
2-    Pasar dos semáforos en ámbar, con el consiguiente riesgo para los demás conductores.
3-    Hacer gestos obscenos a otro conductor.
4-    Conducir sin el cinturón de seguridad puesto.
5-    Bajarse del auto interrumpiendo la circulación en hora punta. Provocando un atasco que tardó horas en solucionarse.
6-    Agresión a un agente de la autoridad y destrucción de pruebas.
7-    Agresión a una ciudadana que estaba tranquilamente tomando algo en una terraza y a la cual le cayó encima la libreta tirándole la bebida rompiendo el vaso y provocándole cortes en la mano con el vidrio.
8-    Llamar “cacatua tetona” a una agente de la autoridad.

ATENUANTES DE LAS INFRACCIONES:

1-    Ser tan guapa , fresca y salvaje
2-    Tener el pelo tan enmarañado y rizos tan terriblemente encantadores y rebeldes
3-    Mi compañera se lo merecía y lo es.
4-    Hacía mucho tiempo que no me reía tanto
5-    Las multas tendrás que pagarlas, pero me gustaría invitarte a cenar. Me teléfono es  XXXXXXXXXX  (aparece así por razones de seguridad jajaja)
6-    La multa real te llegará en unos días.
7-    Espero ansioso tu respuesta.

Att – XXXXXXX ( también por seguridad, cotillas)


ISABELLE LEBAIS








11 comentarios:

  1. ajajajajaj madre mía ¡qué desastre armó! ¡Y el final me encantó!
    Ya empecé la mañana con unas buenas carcajadas jaaj.
    Un besote Isabelle! Me alegra que hayas participado :)

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  2. ¡Que genial eres cuando trabajas el humor jodía, lo que me he reído viéndolo todo en mi cabeza!! ja,ja,ja,ja. Bravo, bravo, bravo!!! Besos hermosilla y feliz martes.

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  3. Que relaxxxx¡ madrecita¡ que suerte ser guapa, y no publicas el tf? Risas risas risas¡¡¡ estupebdo niña.

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  4. jajajajajaja buenísimo que me he reído como la loca, me tenías en vilo, por un momento pensé que la mujer había salido a medio vestir de su casa, pero ese final estuvo muchísimo mejor. Felicidades!

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  5. jajaja El giro final es inesperado. He leído el relato en un volado y con una sonrisa en los labios. Es ligero, fresco y divertido.

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  6. Me ha gustado mucho y, por supuesto, te he visto ahí, chillando, haciéndote el pelo, corriendo, todo muy bien contado porque me has transmitido hasta el último de tu detestable enfado, aunque supongo que esto será muy corriente en cualquier gran ciudad, aunque la diferencia es que ellos no lo pueden contar como tú, ni hacer reír, ni provocar que nos pongamos en su lugar... porque no son escritores.

    Un abrazo, guapísima.

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  7. Muy bueno , aunque con un final inesperado , aunque me queda la duda de XXXXXX por seguridad...Gracias amiga +Isabelle Lebais
    Felicidades y Abrazos..

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  8. No puedo decir casi nada que no hayan dicho en los comentarios anteriores. Me repetiré de todos modos, porque la historia lo merece. Me has hecho pasar un rato más que divertido, me encantan las historias con ese toque de humor. Y se pasa volando, casi tan rápido como va ella conduciendo. La de peripecias que le pasan a la pobre protagonista, casi como en la peli "Un día de furia".
    Me ha encantado, resumiendo. :-)
    Gracias por participar de nuevo en el juego!
    Saludos!!!

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  9. Ja,ja, ja... Isabelle, eres demasiado... ¡¡Qué buen ratito antes de ir a dormir!! Feliz jueves, preciosa, que tú debes andar en los brazos de Morfeo.

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  10. Hola Isabelle. Que digo que yo quiero encontrarme con un poli como éste. Jajajaja. Me gustó mucho tu relato. Un abrazo y gracias.
    Seguimos jugando.

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vuestras opiniones me importan y mucho...graciassss