Esta soy yo, son mis pensamientos, mis ilusiones, mis sueños en definitiva, os presento mi mundo, que espero que os guste y seáis muy felices en mi pequeño rincón de la fantasía y la magia...

lunes, 21 de mayo de 2012

HAY QUE HACERSE LAS REVISIONES

No era un día cualquiera, tocaba visita al ginecólogo, odio ir al ginecólogo me resulta mucho más desagradable que ir al dentista y es que la situación no es para menos, vosotras me entendéis….. Me levanté más temprano que de costumbre, preparé la ropa, hoy bragas nuevas y blancas, eso nos enseñaron nuestras madres, pero yo como siempre, en contra de las costumbres tontas. Yo llevaré un conjunto de lencería morado con tanga, ¡hala! Yo siempre llevando la contraria y es que si lo piensas bien, si no te ven las bragas ni nada, según llegas hay que quitárselo todo, entonces ¡que más da lo que lleves!, además, yo tengo ginecóloga y no creo que le importe ni que siquiera se fije en eso. Desde que fui la primera vez, siempre ha estado ella, una mujer seria y rancia que te dice las palabras justas sin florituras: desnúdate, sube las piernas en los estribos, relájate, te va a doler, si en una semana no te llamo todo estará bien, y ya esta. Hasta oír esas dos últimas palabras, es como estar en un potro de torturas, pero… hay que ir y hacerse las revisiones así que, resignación. Allá voy, a la tortura, a ver si se pasa rapidito y me voy a tomar un café tranquilamente. Llegué a la consulta , que estaba llena de mujeres embarazadas, unas más que otras, por el bulto lo digo… Había una en concreto que tenía la cara desencajada, la pobre se veía que no estaba a gusto en ninguna postura y no hacía más que suspirar mientras una señora más mayor, que supongo que era su madre, le apartaba los pelos de la cara, le daba aire con un abanico y ponía su mano en la descomunal tripa, que daba la impresión que iba a reventar de un momento a otro desperdigando por toda la habitación todo su contenido, creo que nunca había visto nada semejante, ni las demás tampoco, porque las caras eran todo un poema. Había diferentes expresiones que iban de la lástima hasta el terror, que era la cara con la que le miraban las que por el bulto de sus tripas, aun no habían llegado, pero llegarían en breve a esa situación. Esperé mi turno leyendo unos relatos en mi teléfono para pasar el tiempo y entretenerme un poco. Se abrió una de las puertas y una enfermera muy jovencita y muy mona, por cierto, nos fue nombrando y asignándonos turno y consulta, me tocaba la primera, había tenido suerte apagué el móvil y me levanté para seguir a la enfermera, que con una sonrisa me abrió la puerta invitándome a entrar. La cara avinagrada de la ginecóloga fue lo primero que vi cuando entré en la consulta, mira que esta mujer no cambia con los años, siempre la he conocido con la misma expresión y la misma cara, no pasaban los años por ella y no porque se conservase joven, sino, porque siempre había parecido mayor... mayor y amargada. Siempre me pregunté si sería porque se pasaba la vida viendo coños de mujer … pero nunca se lo había preguntado ni se lo preguntaría jamás. Era una buena profesional y quizás esa era la manera de que ese desagradable momento pasase cuanto antes, sin hacer comentarios ni dar pie a hacer preguntas. Yo una vez tuve un encontronazo con ella. Estaba viendo unos análisis y no hacía más que emitir unos gruñidos ilegibles, mientras escribía en el informe y de pronto me miró y me dijo: ya está te puedes ir. Yo abrí los ojos interrogando y se me ocurrió preguntarle, ¿qué dicen los análisis? A lo cual y metiéndolos en la carpeta, me dijo muy seria: está todo bien, cuando no digo nada, es que está todo bien y nunca más volví a decirle nada, no había posibilidad de cambio de doctora, así que, ¡a aguantarse!. Allí estaba sentada en su sillón y sin dignarse a mirarme siquiera, me dijo que me desnudase( ¿veis lo que os decía de la ropa interior?).Cuando terminé la enfermera muy amablemente y con una sonrisa, me ayudó a subirme al potro de tortura. Los chicos no sabéis lo que es eso…. Allí desnudas con todo al aire, las piernas abiertas en una posición casi circense, pero con todo lo más sagrado al aire incómoda, incómoda de verdad y si antes que tu ha ido una chica más alta, que en mi caso es casi siempre… y no han cambiado de posición los estribos … ya ni te cuento lo difícil que resulta subirse y colocarse sin caerse de allí. Menos mal que esta vez, la joven enfermera se dio cuenta enseguida y lo solucionó rápidamente. Yo ya estaba lista intentando relajarme respirando hondo y cerrando los ojos intentando eliminar la tensión, para que fuese más fácil, cuando de pronto, sonó el teléfono de la consulta y se armó tal revuelo que no supe ni lo que había pasado hasta bastante después. No se cuanto tiempo pasó, pero se me hizo eterno allí plantada, en esa posición tan poco….. tan….no se ni definirla pero no sabía que hacer, bajarme e irme, bajar las piernas, quedarme quieta…. Y en esas estaba cuando apareció la enfermera, pidiéndome disculpas, la chica de la sala de espera se había puesto de parto y no dio tiempo a que la llevasen al hospital pero que enseguida me atendería el otro ginecólogo de la clínica. Al oír aquello, automáticamente se me contrajo todo el interior,¡un ginecólogo chico!, eso no me había pasado nunca, intenté tranquilizarme, era una tontería que más daba, era un profesional, haría su trabajo y punto, algún día tendría que pasar… y allí me quedé esperando. Una voz masculina sonó detrás de mi, una voz profunda como de locutor de radio pausada, amable y muy agradable. Me preguntó mi nombre mientras se iba poniendo los guantes, sin aparecer aún en mi campo de visión, pero yo sentía que se acercaba más y más y cuanto más se acercaba yo me ponía más nerviosa. Moreno, alto, pelo rizado una sonrisa de anuncio de televisión, ojos de un color indescriptible, no por raros, sino porque no me dio tiempo a fijarme en todo.. Era guapísimo y yo, en aquella posición ¡¡quería morirme!!, desaparecer, teletrasportarme, hacerme invisible o en su defecto desmayarme, esa, esa si que me pareció la mejor solución para salir airosa de aquella situación, pero no sucedió, no tuve esa suerte. Me limité a ponerme roja como un tomate, intenté balbucear mi nombre y no fui capaz, encima pensaría que soy idiota, yo solo quería irme de allí, XD!! Si seguía así iba a echarme a llorar. Él se dio cuenta o estaba acostumbrado a producir ese efecto en las mujeres, pero las demás lo conocían vestidas y les daba tiempo a asimilarlo y no así como estaba yo, no quería ni pensarlo…. Comenzó a hablarme mientras colocaba los instrumentos que iba a utilizar y yo solo pensaba en que tenía que haberme ido corriendo en cuanto tuve la oportunidad pero ya era tarde ya no había remedio estaba allí atrapada, y cuanto más le miraba más guapo me parecía y más se me contraían las entrañas llegando a ser casi doloroso. Él era muy amable y me contó lo que me iba a hacer, primero una exploración mamaria, una ecografía con su frío gel y después una citología, nada extraordinario, lo típico de las revisiones ginecológicas. Cogió un aparato para introducirlo en mis partes para dilatarlas y poder introducir los aparatos, solo lo intentó, pero no pudo, no podía, yo estaba tan contraída que le era imposible, me pidió que me relajase, a lo cual le contesté que no podía, me era imposible, que estaba muy nerviosa, entonces, me dijo que pensase en un sitio bonito en el que me gustase estar, que en esos casos la imaginación podía ayudarme, asentí y le dije que me gustaba la playa. Mientras, él comenzó a hacerme la exploración mamaria, primero una, después la otra, con gran habilidad examinando todo el contorno de mis senos, las axilas etc… y yo camino de la playa.. Me costó unos minutos situarme, el sol, el calor, la brisa del mar, un tío buenísimo hablándome y contándome que a él le gustaba el surf …..ya no le oí más, ya estaba en la playa y le vi salir del agua con su tabla de surf, su bañador hasta las rodillas pegado en aquel cuerpo diez, lleno de chocolatinas, con el pelo empapado, cayéndole el agua en los hombros… comencé a relajarme. Él seguía hablando y mientras andaba por mis partes intentando colocar los aparatos diciéndome que lo estaba consiguiendo, que siguiese pensando en la playa, que ya estaba más relajada y yo obedecí como una buena chica…. Se acercaba a mi con el pelo mojado y los rizos sobre su hermosa cara sonriéndome mientras de acercaba y cuando ya por fin llegó a mi lado, sentí algo frío sobre mi tripa, era el agua que caía de su pelo al acercarse a mi, al fondo oí algo de un gel para la ecografía, pero la verdad, no me interesaba ni entendía lo que decía, solo oía su voz sin entenderle. Sentí como con su mano trazaba círculos en mi vientre y lo recorría de parte a parte sin dejar un centímetro sin recorrer era tan suave, se deslizaba tan suavemente … Yo seguía oyendo el mar y sintiendo la brisa marina, estaba con los ojos cerrados, de pronto sentí como algo se introducía muy suavemente por mi vagina, entreabrí los ojos y lo único que vi fue una cabeza que se acercaba a mis partes así que esperé el primer contacto con deseo de aquel morenazo y cuando sentí que rozaba con mucha suavidad las paredes de mis labios exteriores... una alarma se encendió estrepitosamente en mi cerebro….. Un instante después, me di cuenta de donde estaba, el corazón me dio un vuelco y me contraje agarrándome fuertemente a la camilla, cerré fuertemente los ojos pero ya era tarde…. Tuve un orgasmo, rápido, pero intenso orgasmo que hizo que el médico levantase la cabeza rápidamente y se le cayese el aparato con el que me estaba haciendo la revisión. ¡¡Me quería morir!!! Me sentía húmeda, estaba muy húmeda, había sido un orgasmo en toda regla solo me faltó gemir de placer, pero no me dio ni tiempo creo.. o quizás lo hice, no sabría decirlo con seguridad pero fue tan placentero…. y su mirada de asombro, de sorpresa, no se me borrará en la vida, me sentí tan avergonzada que me tapé la cara con las manos sin saber que hacer, entonces él se rió y me dijo que estuviese tranquila que no pasaba nada y que ya había terminado la revisión. Se fue sin decir nada más, me levante de la camilla, me vestí como pude y salí al despacho, porque no había otra salida y tenía que pasar necesariamente por allí, no tenía ni media intención de volver a verle, pero no hubo más remedio. Allí estaba sentado en la silla escribiendo el informe y me invitó a sentarme, me sonrió y muy tranquilamente me dijo que no era la primera vez que le pasaba y que eso era un signo de mi buena salud y de mi gran imaginación. Asentí con la cabeza esbocé media sonrisa, me dio la mano y salí de la consulta mucho más tranquila. Cuando bajaba las escaleras y recordando todo lo ocurrido, comencé a ver lo divertido de la situación y lo bien que me había sentido. Nunca una visita al ginecólogo había sido tan placentera…. Salí a la calle, me crucé con una amiga, que nada más verme, me preguntó por la sonrisa tan estúpida que llevaba en la cara, la agarré de un brazo y tomando un café se lo conté todo y antes de terminar estaba con el teléfono en la oreja, cuando le pregunté que a quien llamaba me dijo muy seria, estoy pidiendo vez para el ginecólogo suplente … y una sonora carcajada hizo que toda la gente que estaba en la cafetería se nos quedase mirando.

10 comentarios:

  1. Cómo siempre, mi querida amiga Isabelle, tu imaginación es portentosa y muy prolífica, dando unos resultados altamente satisfactorios (para ti) jajajajajajajajaja
    ¡Me encantó tu historia, ojala y yo me encontrara en mis revisiones una magnifica mulata de labios abultados y sonrisa profiden! (pero no, siempre es el mismo tío barbudo y feo) jajajajajajajaja

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  2. Ja, ja, ja...¡¡Genial!! Divertidísimo... y muy placentero al leer...jjajajaa...Enhorabuena, consigues tenernos enganchados hasta el final...♥

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  3. Pero bueno!!! Esta vez casi rozas la genialidad!!!
    No sabía de tu vena humorística, no tenía ni idea de que me pudiera reír tanto en un relato, no digo tuyo, sino en general. Creo que es con el relato que más me he reído en años.
    Y el nivel de sensualidad y erotismo alto, muy alto y como siempre muy imaginativo.
    Francamente, eres muy buena escritora, por mucho que para ti sea solo un hobby y sin afición.
    Me ha encantado!!! Estoy muy orgulloso de conocerte y gracias por compartir con todos nosotros. <3

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  4. Dear Isabelle... Me encantó tu original e irónica historia contada en primera persona... Pero una pequeña revisión enmendaría los pocos errores que posee( ¿y quién no los tiene, no?) Como sea, me gustó.
    Saludos

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  5. Sabes lo que me pasó una vez?. Conocí a una chica que le daba tantísimo horror ir al gine, que para que no le introdujera nada por ahí, se inventó que era virgen, con 2 hijos que tenía y 30 tacos. Yo le decía pero cómo vas a decirle que eres virgen? y cómo te va a reconocer por dentro? y me decía que en vez de hacerle la ecografía vaginal que se la hacían por fuera y que para reconocerla en vez de introducirle un espéculo que le metiera los dedos por el culo, como hacían con las monjas... jajajajajajaja... Me pegué una jartá a reír que me dura hasta ahora y todavía me acuerdo de ella porque cada vez que va sigue insistiendo en que es virgen, jajajajajajaja...

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  6. Hilarante tanto el cuento como el comentario de Isabel Oliva. Y el cuento ha sido divertido y erótico.

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  7. Gracias Isabelle, eres tan linda y atenta, siento como si me hubieras cumplido un capricho, y si, si me gusto; me hiciste viajar de un lado a otro, por decir del consultorio a la playa y del consultorio a una calle donde uno se sienta al aire libre y demás.
    También me hiciste recordar que esos consultorios ya los conozco por que el día que me hice la vasectomia también entro al consultorio conmigo mi esposa para hacerse un chequeo y como nos atendieron juntos, claro yo sentado en el sofá mientras tomaban mis datos y ella en esa camilla y en esa posición que describiste, pero bueno...
    Isabelle pues muchas gracias de nuevo y continuare leyendo tus artículos, como quien dice continuare siguiéndote..........

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  8. Un relato de lo más! me encantó.
    Tienes que seguir escribiendo sin parar!

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vuestras opiniones me importan y mucho...graciassss